No existen muchos registros sobre la agricultura practicada por los guanches (en este caso, los benahoritas).
Se sabe con certeza que los cultivos predominantes eran el trigo y la cebada, importados por supuesto del lugar de procedencia de los aborígenes, aún a día de hoy desconocido, a partir de los cuales se elaboraba un tipo de gofio muy común.
Se sabe también que los aborígenes disponían de una tecnología muy rudimentaria, ya que las disputas territoriales por poseer más pastos ocupaban el primer plano de los Tagorores de los líderes y de los planes de ofensiva de cabezas de grupo guerreros y no el desarrollo de tecnología agraria. Tenían a su alcance palos cavadores, rudimentarias azadas, molinos de tamaño muy reducido y accionados por la mano humana para moler la cevada, cuevas a modo de graneros (a veces cabañas) donde usaban las tan célebres vasijas de artesanía benahorita y abonos naturales provenientes de las malas hierbas.
Cultivaban en zonas que se asemejaban a terrazas como las construidas hoy en día, mas naturales y normalmente por debajo de los 500 metros.
Hay que destacar que, aunque el gofio obtenido de esta actividad formaba parte del día a día de los benahoritas, siempre se destinaron más hombres al cuidado del ganado y a la obtención de productos pesqueros. Aunque no se tienen registros de plagas que dañasen la proliferación de la actividad, la agricultura siempre estuvo relegada a un segundo plano. Los agricultores no pertenecían a un estrato social muy alto, por lo que la agricultura no era una profesión a la que aspiraran muchas personas.
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